19
Ene
09

Estreno del documental «Yurak Quilla» y proyección del cortometraje «Cadena de cristal» en el CCELIMA

“Yurak Quilla” y “Cadena de cristal” en el ccelima

Dos historias que narran las vivencias, anhelos y esperanzas de jóvenes huancaínos que forjan sus vidas y dan a conocer sus voces; entremezclando música, tradición y sentimiento. El documental Yurak Quilla y el mediometraje Cadenas de Cristal, ambos del realizador huancaíno Nilo Inga, se presentarán el miércoles 21 de enero a las 7:30 pm en el Centro Cultural de España sito en Natalio Sánchez 181, Santa Beatriz.

A través de la música de la tinya y la danza de los Auquish, Yurak Quilla le da seguimiento a un grupo de jóvenes músicos, contando sus vivencias y esfuerzos por mantener viva la tradición de sus pueblos. Son jóvenes que viven en el distrito de Chambará, provincia de Concepción, departamento de Junín, que desempeñan diferentes oficios cotidianos pero llevan siempre la música en la sangre. Con la tinya y las quenas bien afinadas interpretan la música de la danza de los Auquish, colorido baile que año tras año engalana las fiestas del distrito de Huáchac. De esta manera cumplen su compromiso con las costumbres y tradiciones de los pueblos andinos del centro del Perú.

En Cadena de Cristal, dos jóvenes escolares tienen que lidiar con la falta de cariño y afecto por parte de sus padres, que están atrapados en la agobiante rutina y constante preocupación por el trabajo. Sin embargo, las voces de soledad de sus hijos tocarán finalmente el corazón de las familias, propiciando un cambio en las actitudes de todos.

Nilo Inga puede ser considerado como uno de los principales exponentes del cine regional peruano, ha dirigido «Sangre y tradición» y «El tunche, misterios de la selva» con la participación de reconocidos actores como Carolina Infante, Reynaldo Arenas y Gustavo Cerrón. Su pasión por el cine y el amor a su tierra lo han llevado a crear historias con temas de carácter mítico, fantástico y tradicional, basándose en sus propias vivencias.

Nilo Inga, junto a Richard Huarcaya y Gustavo Benito, fundó en 1999 la productora «Inti Films» y en el año 2004 creó la empresa cinematográfica Max Planck Video-Imágenes. Ambas empresas hacen realidad sus diferentes trabajos audiovisuales.

Entre los próximos proyectos del director huancaíno se encuentra un nuevo largometraje de corte andino llamado «Con nervios de toro» y la primera miniserie andina «El misterio de los wankas».

  • Día: Miércoles 21 de enero
  • Hora: 7:30 p.m.
  • Lugar: Centro Cultural de España
    (Natalio Sánchez 181, Santa Beatriz)
  • Ingreso Libre

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19
Jun
08

Estreno de “El tunche” en Lima

    Vía Cinencuentro, aquí les muestro la crónica del estreno de “El tunche” en Lima.
    Estreno de “El tunche” en Lima

    Ayer asistimos con Miguel, Héctor y Mary, al estreno de la última película del huancaíno Nilo Inga: El tunche.

    La verdad, es que llegamos casi con las justas y encontramos una cola que llegaba hasta la entrada misma del CAFAE-SE lugar donde se realizó la proyección.
    La cinta se visionó, como sospecharán, a lleno total. La presentación corrió a cargo de Jaime Luna Victoria, director del cineclub organizador de la muestra.
    Leer más….

    Estreno de “El tunche” en LimaEstreno de “El tunche” en LimaEstreno de “El tunche” en LimaEstreno de “El tunche” en Lima
    Estreno de “El tunche” en LimaEstreno de “El tunche” en LimaEstreno de “El tunche” en Lima
    Fotos María Panta

17
Jun
08

Entrevista a Nilo Inga Huamán en Cinencuentro

La evolución del cine hecho en el interior del país puede encarnarse en Nilo Inga. Con una carrera dividida en dos partes, una intermitente y secreta, y otra vertiginosa y muy difundida, narra su historia, su trayectoria, su filmografía: El tunche, misterios de la selva (2007), es su último largo finalizado.

Háblanos de tu historia, ¿cómo empezaste tu acercamiento al audiovisual?

Soy natural de Huancayo, de un distrito llamado Huáchac, un pueblo pequeño donde la gente se dedica a la agricultura y la ganadería, yo soy hijo de campesinos. Como todo joven entusiasta, amante de su cultura y de su tradición, me interesé por saber más de las narraciones del pueblo, conozco muchas versiones de historias que ni siquiera se escriben sino son cuentos que se transmiten oralmente de generación en generación, tenía cierta inclinación por el arte cinematográfico. Cuando terminé el colegio, vine a estudiar a Lima una carrera cinematográfica, el instituto que más me llamaba la atención era el Charles Chaplin, estuve en una charla y todo, pero te das un portazo cuando te enteras del costo, es bien cara. Entonces alguna carrera afín, llego a la Escuela Nacional de Arte Dramático, estudié ahí cinco años y luego estuve dos años haciendo teatro con el grupo Waytay, con Javier Maraví, mi paisano. Regresé a mi tierra, y pensé que si quería hacer cine tenía que tomar temas locales, porque son los que más conozco, no me puedo meter en otras cosas. La primera vez que hice cine fue en 1998, cuando todavía estudiaba en la ENSAD, hacía guiones en las clases de dramaturgia, para sorpresa de mis profesores no eran para teatro sino para cine. Con un amigo grabé en V8, salió un trabajo interesante pero con muchos errores, le pusimos música, editamos de VHS a VHS, le enseñamos a nuestras familias y amistades nada más, y ahí quedó.

¿Cómo llegó a ti el gusto por el cine? ¿Por una película, por un tema? ¿Cómo nació?

Creo que empezó cuando yo estaba en el colegio. El Ministerio de Agricultura llevó a Huáchac unas máquinas grandes de regadío, mi abuelo me llevó, habían hecho un documental sobre el riego, eran unos Betamax tremendos, me quedé fascinado con ver cómo estaban regando en la televisión. Primera vez que veía un trabajo así. Y después unos familiares llegan de Estados Unidos y me traen una cámara, que la malogré después, jaja, porque salía a grabar a todos sitios, que me ha permitido registrar cómo era mi pueblo mi pueblo antes y apreciar cómo ha cambiado. Eso me ayudó bastante. Quería crear, a los animales los hacía hablar, fastidiaba a los chanchitos.

No tenías acceso a ver películas.

No, en un pueblo así uno que tenía Betamax digamos que era el más rico. Después otro tuvo, luego los muchachos manejaban los VHS, yo soñaba con manejar la maquinita de grande, ¿no? Creo que el querer tener me ha llevado a hacer ese tipo de trabajos, a lo que me he metido ahorita.

Cuando regresas comienzas tus primeros trabajos.

En 1998 ya había grabado con un amigo Terror en Huáchac, yo le había puesto un título en quechua, pero él me dijo no, vamos a tratar de vender esto, ja, ja, es que era bien limeño, ja, ja. Se trata de un hombre supuestamente muy grande, a quien cortaron las partes de su cuerpo para enterrarlo. La capilla era muy pequeña, sus pies se salían por la puerta, en varios lugares fue enterrado con su tesoro, era dueño de toda la zona, la gente no sabía que en luna llena destapar y sacar oro era terrible, entonces en este cuerpo las manos comienzan a cobrar vida y matar gente por el bosque. En esa época estudiaba en la Escuela Nacional de Arte Dramático en Lima, y en unas vacaciones fuimos a Huancayo y grabamos, ahí aprendí mucho porque el amigo agarraba la cámara y ya sabía el manejo de planos, y tenía una idea de lo que se necesitaba.

Me quedé cinco años en Lima estudiando teatro y dos años más haciéndolo, en un estilo Yuyachkani, porque de ahí salió Javier Maraví, quien tenía una temática andina, lo que me gustó. Pero éramos dos plantitas, a él le gustaba el teatro y a mí el cine, yo le incentivé para que comprara para el grupo Waytay cámaras, tituladoras y demás equipos. Un año después lo dejé, porque yo quería hacer cine, el teatro no llenaba completamente mis expectativas.

En el año 2000 logro enseñar en un colegio un taller de actuación, les enseño teatro pero también a que escriban una historia. Al principio era de unos jóvenes estudiantes pasando por el enamoramiento, pero los animo a hacer algo más fantástico, agregamos un hombre que había vendido el alma al diablo y mataba mujeres para estar bien. Los jóvenes van al bosque y ahí empiezan a morir. Por las creencias sabemos que lo que salva es la coca, el cigarro, la cañita, etc., y así logran defenderse. Se llamó La huerta de mi amada, y lo llevamos al teatro también……

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Nilo Inga Huamán

niloinga@hotmail.com
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María Panta

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